La siguiente etapa de nuestro viaje (12 al 14 de Octubre), fue El Calafate, para que al día siguiente, visitásemos una de las obras de la naturaleza con más fuerza que he visto en mi vida, el Perito Moreno.
Llegamos a El Calafate después de un vuelo un poco accidentado debido al aire que acostumbra a haber por esa zona. Un microbús de la empresa Amayco, nos estaba esperando en la pequeña terminal del aeropuerto y nos llevó a la Hostería Shehuen, un sitio con unas vistas privilegiadas del Lago Argentino, que en los tres días que estuvimos pudimos ver, en diferentes estados :
Al día siguiente fuimos a Perito Moreno. Durante el trayecto, Gonzalo, el conductor y Alejandro, el guía nos hicieron pasar un día lleno de emociones. La profesionalidad de los dos, ayudaron a que viésemos, en todo su esplendor, la fauna del lugar, destacando al cóndor que no podía elevar el vuelo y a una manada de guanacos en medio de la extensa tundra que une El Calafate con el Parque Nacional de los Glaciares.
Por fin, llegamos al broche de oro de la excursión ... Con una embarcación nos acercaron al glaciar para que pudiésemos admirar de cerca, esa maravilla de la naturaleza. Posteriormente, nos llevaron a la zona de pasarelas para que paseáramos por ellas y pudiésemos contemplar esa inolvidable visión, emocionarnos con la inmensidad del glaciar y escuchar el estruendo de los bloques que caían en el agua y provocaban pequeños oleajes.
En la Patagonia, el plato típico es el cordero, y, cómo no, teníamos que probarlo!!!! Lo acompañamos con una ensalada de Salmón del Lago Argentino.
Al día siguiente, después de un paseo por el pueblo, y de disfrutar de una buena cerveza en una terraza, partimos hacía Buenos Aires. En esta ocasión el vuelo fue muy agradable, por fin, el aire decidió darnos una tregua.
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